domingo, 14 de octubre de 2007

El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires auspicia la jornada


Con fecha 13 de septiembre de 2007 y a través de la Resolución Nº 3880, el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires auspicia la jornada de EL PORTAL EDUCATIVO "Nuevos escenarios para educar - Nuevos horizontes para construir" que se desarrolló el día 25 de agosto de 2007.

Hacia la construcción del ámbito y el trato amoroso

El Ser humano contiene dentro de sí un potencial interno al que no lo podemos enmarcar con límites claros. Cada uno de nosotros albergamos diferentes capacidades correspondientes al área intelectual, práctica, expresiva, física, emocional, social, etc.
De las capacidades que le reconocemos al ser humano se deduce que éste es una unidad integrada por un cuerpo mental, emocional y físico.
Como educadores hemos desarrollado teorías y estrategias didácticas específicas para cada disciplina y hemos acompañado al desarrollo de las capacidades mentales-intelectuales, físicas, expresivas tanto como las correspondientes a las habilidades para aprender a hacer.
El punto que nos queda menos sistematizado es el abordaje y las teorías utilizadas para acompañar el desarrollo y la expansión del mundo emocional del niño, que estrategias, para qué cada uno, que nos corresponde a nosotros los educadores fomentar y expandir, qué a la familia y cómo hacerlo. En este tema por tener tantas preguntas y tan pocos recursos en general hacemos lo que humanamente podemos y a veces sin tener clara la intención pedagógica y a qué apuntamos con esa intervención.
Si hablamos hoy de la necesidad de educar al hombre de un modo integral, es decir en el sentir, el hacer y el pensar necesitamos urgentemente tener recursos técnicos concretos para Mirar de un modo profundo el mundo emocional del niño de hoy.
Si nuestra tarea es acompañar a la expansión de las potencialidades del hombre, el mundo emocional no puede ser ignorado o desoído.

Si nos detenemos en el cuerpo emocional, podemos ver que los niños de hoy tienen poca expresión amorosa y las preguntas que los invito a responder es: ¿Por qué está ocurriendo esto? ¿De dónde nace esta realidad? ¿Qué pasa con las formas amorosas? ¿Cómo educadores, qué podemos hacer con esta realidad? ¿Cómo afecta el estado emocional el aprendizaje en otras áreas de conocimiento?
Los docentes pueden notar reacciones emocionales en los niños y jóvenes que van desde “desmedidas, violentas, irracionales, irrespetuosas hasta desconcertantes” y después de este diagnóstico aparece la imposibilidad y el desconcierto de qué hacer.
Creo que más que nunca los educadores y los padres debemos incluir en nuestro rol y tarea una dedicación a lo emocional.
Detenernos a mirar qué es lo que está generando la inhibición, la restricción y el acotamiento de lo amoroso. Por qué el mal trato compuesto por burlas, descalificaciones, insultos, menosprecios, comparaciones, falta de respeto por los tiempos propios de aprendizaje, subestimaciones, falta de escucha, autoritarismo es el trato habitual.
Para poder mirar esto con mayor profundidad les propongo realizar una experiencia que les posibilitará buscar información sobre el tema, dentro de ustedes mismos.


Experiencia vivencial:

Los invito a que intenten recordar y traer al presente una escena, momento o situación de su vida escolar en la que ustedes reconozcan haber estado frente a algo que les resultaba muy difícil, que les costaba mucho aprender, en el que se sentían menos hábiles que el resto o con menos capacidad para concretarlo.
Deténganse particularmente en tratar de ver y descubrir ¿Qué les pasaba internamente? ¿Qué sentían? ¿Qué tipo de miedos tenían? ¿Qué vergüenza?
¿Qué desconfianza o inseguridad? ¿Qué inhibición? Entren en contacto con lo que en ese momento les pasaba internamente.
No es momento para recordar ni en que escuela estaban, ni quien estaba a mi lado sino por sobre todo intentar encontrar la información que les permita reconocer qué les pasaba internamente en ese momento.
Ahora si, los invito a detenerse minuciosamente en tratar de identificar: ¿Qué trato hubieran necesitado recibir en ese momento? ¿Qué fue lo que no recibieron? ¿Qué palabras, gestos hubieran necesitado escuchar y recibir? ¿Qué propuesta se harían hoy sabiendo lo que hubieran necesitado recibir? Hoy como maestro, ¿qué propuesta haría a un niño que se encuentre en esta situación?
Traten de darse un ratito para ordenar el trato que hubieran necesitado recibir, que palabras, que actitud, que gestos.

Los invito a qué escriban el trato que acaban de reconocer.


Cualquier emoción es asistida si se la legitima, no se la juzga, se le da el derecho legítimo de ser como es, se la deja fluir brindándole las posibilidades de hacerlo sin dañar a otros.
El trato que resulta funcional en estos casos seguramente es el que gira alrededor de palabras de tranquilidad, aliento, cariño, afecto, reconocimiento de lo que si se puede, reconocimiento de lo que es necesario mejorar, compañerismo, confianza en las potencialidades. A este trato lo he denominado trato amoroso.
Cualquier persona que al pasar por un momento nuevo, de incertidumbre, de duda o miedo se le brinda el trato amoroso que necesita estará en mejores condiciones de intentar aprender aquello que no sabe y superar aquello que desea. Poder reconocer que mientras uno piensa y hace también siente y que cada una de estas realidades (la física, intelectual y emocional) requiere, para fortalecerse y expandirse, de un trato apropiado, es algo que ya no estamos en condiciones de ignorar.
Creo que es necesario asumir que muchos de los bloqueos, inhibiciones, dificultades de aprendizajes están dados por la existencia de tratos deshumanizados cargados de exigencias y presión.

Si deseamos incluir dentro de la maestría la actitud amorosa necesitamos detenernos en:

El trato amoroso, contenedor, orientador y respetuoso de las manifestaciones emocionales.

La mirada: ver cómo es el modo de mirar al otro. Cambiar una mirada vigiladora por una mirada amorosa. La mirada vigilidora genera tensión y miedo. La mirada amorosa genera blandura y apertura. La mirada vigiladora juzga y califica la mirada amorosa comprende. El ser en formación necesita percibir una mirada que lo esta cuidando, comprendiendo y orientando, no vigilando.

Escucha abierta: el otro tiene que sentir que existe posibilidad de diálogo, que puede responder espontáneamente. El alumno necesita saber que va a ser escuchado y que puede expresar con tranquilidad lo que le pasa, lo que necesita, lo que siente.

Orientación educativa con contención: Que no es otra cosa que la sensación que percibe el ser en formación de saberse orientado, cuidado y contenido en el proceso y el camino que está recorriendo.

La cualidad amorosa expande la energía, nos abre, nos ablanda y nos predispone a recibir del afuera lo que este nos de, con tranquilidad y confianza, sin esfuerzo. Desde la apertura y la blandura incorporo y acomodo en un proceso natural no forzado.
Por el contrario las formas duras y autoritarias generan miedo, tensión y encierro y desde este lugar cualquier tipo de aprendizaje se ve obstaculizado.
Lo amoroso tiene que ver con el abrir, expandir, relajar, confiar y desde este lugar flojo me abro y puedo escuchar bien.
Desde la tensión me paralizo, me trabo, me anulo, me encierro y desde este lugar incorporar al afuera se hace muy difícil.
Si nos interesa incluir a la maestría la actitud amorosa mi propuesta es detenernos en:

EL TRATO AMOROSO: Esta Compuesto por esas palabras, gestos, estrategias, actitud de comprensión, reconocimiento, valoración, etc.

LA CREACIÓN DE UN AMBITO AMOROSO: Se puede crear si cambiamos nuestro modo de mirar, escuchar y orientar.

Los niños participan de mal trato, las formas de expresión amorosas escasean en muchos lugares, en las casas, en las aulas, en la sociedad.
Y este es uno de los elementos que conforman los escenarios educativos de hoy, nos toca a nosotros los adultos preguntarnos ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué le sucede esto a nuestros niños? Y después meditar y encontrar las respuestas intentando revertir estar realidad.

A esto me he dedicado, a buscar respuestas y a crear modalidades diversas de trabajar lo emocional. Una de las propuestas es la que compartí en la jornada con ustedes: el trato o límite amoroso y la creación de un ámbito amoroso. Ojalá sea de utilidad tanto para probarlo o para poder abrir una puertita de reflexión.

Creo que el desafío es grande, creo que el fin lo justifica y creo también que este desafío encierra un aprendizaje superior, que es aprender a vincularnos de corazón a corazón y a confiar que todo lo que es mejorable crece si es tratado con amor.


Prof. Carina Tacconi

Formada en Autoasistencia Psicológica (abordaje del Dr. Norberto Levy)
Prof. de enseñanza elemental
Técnica Superior en Juego y Creatividad
Especialista en trabajo corporal emotivo
Creadora de técnicas para el desarrollo de la inteligencia emocional
Asesora Pedagógica